Lo que la pandemia cambió en San Lázaro

CIUDAD DE MÉXICO.Si un visitante ajeno al palacio legislativo de San Lázaro recorre sus pasillos, baños, venta de café y explanadas en una mañana de sesión ordinaria, tendría la idea de que los integrantes de la Cámara de Diputados son compulsivamente afectos a las selfis o a mirarse en el espejo de sus celulares.Pero lo …

CIUDAD DE MÉXICO.

Si un visitante ajeno al palacio legislativo de San Lázaro recorre sus pasillos, baños, venta de café y explanadas en una mañana de sesión ordinaria, tendría la idea de que los integrantes de la Cámara de Diputados son compulsivamente afectos a las selfis o a mirarse en el espejo de sus celulares.

Pero lo cierto es que ésa es una escena cotidiana en un recinto legislativo que, obligado por la pandemia de covid, comenzó en marzo de 2020 a construir el plan B de la virtualidad parlamentaria, el cual incluyó en el caso mexicano una App que se activa con el reconocimiento facial.

De manera que cuando están citados al pleno, los diputados tienen que pasar lista a través de la aplicación digital que construyeron, tanto para conectarse a las asambleas generales, como al trabajo de comisiones.

Y es en ese momento en que parecen tomarse una foto en el celular, posando de manera deliberada, cuando en realidad se trata de la verificación de sus datos biométricos, un requisito que cotidianamente deben cubrir en más de una ocasión.

MADE IN SAN LÁZARO

Porque además de registrar la asistencia al pleno presencial o virtual a través de la App de San Lázaro, denominada Aprav, los legisladores deben activarla a la hora de la votación de dictámenes de reformas, acuerdos o designaciones.

También se requiere reconocimiento facial para conectarse a las sesiones de pleno o de las comisiones legislativa desde cualquier punto de la República donde haya señal de internet.

Así que, a dos años de que el covid modificó nuestras vidas, la Cámara de Diputados cuenta con una poderosa plataforma digital que fue creada en 2020 y terminó por consolidarse en 2021 como la vía de conexión interactiva de sus 500 integrantes.

Diseñada y puesta en operación por los expertos en tecnología de San Lázaro, la APRAV, que permite a los legisladores pasar lista y votar de manera telemática, se sustenta en un software de validación biométrica para la que no se gastaron recursos adicionales y que, en el mercado, habría costado entonces, al menos, 16 millones de pesos.

La confiabilidad de este sistema se encuentra así garantizado, ya que sólo puede encenderse con esa posición de toma de selfi por parte de su titular, y sólo los diputados pueden hacerlo.

De manera que la Aplicación Portátil de Registro de Asistencia y Votación es una positiva secuela digital del confinamiento, formulada cuando se determinó que el quehacer legislativo era una actividad esencial y que no podía esperar al fin de la pandemia.

Inaugurada por la 64 legislatura que concluyó en 2021, y retomada por la 65 ahora en curso, que inició en septiembre anterior, la APRAV forma parte de la normalidad de los 500 diputados, quienes siempre la llevan consigo en sus celulares y a la que recurren desde el propio Palacio Legislativo, la intimidad de su hogar, en tránsito desde un carro o desde cualquier sitio con señal.

LOS DUELOS

En el recuento de las pérdidas, San Lázaro también fue punto de contagio para decenas de legisladores y trabajadores, así como escenario de luto por la muerte de cuatro de sus integrantes en la 64 legislatura: Miguel Acundo González (PES), Delfino López (Morena), René Juárez Cisneros (PRI) y María Teresa Marú Mejía (PT).

Y en el caso de los trabajadores, se han registrado 36 fallecimientos.

En cada caso se hizo un reconocimiento a los legisladores, destacando el homenaje luctuoso de cuerpo presente al entonces coordinador de la bancada del PRI, Juárez Cisneros, quien no pudo superar las secuelas de la enfermedad.

De acuerdo con información al día de ayer proporcionada por la secretaria general de la Cámara de Diputados, Graciela Báez Ricárdez, desde el 18 de marzo de 2020 al día de ayer, se habían reportado en la Dirección de Servicios Médicos 152 legisladores y 893 trabajadores. contagiados.

VIDA SEMIPRESENCIAL

Hasta esta semana, a causa de la pandemia, en San Lázaro se han tenido 710 días en esquema laboral semipresencial. Por instrucción de los órganos de gobierno de la Cámara, a partir del 18 de marzo de 2020, el personal sindicalizado y personas vulnerables (mayores de 60 años, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónico-degenerativas) dejaron de asistir a laborar presencialmente al recinto de San Lázaro.

También hubo cambios físicos en el recinto, el cual se ha remodelado en dos ocasiones.

Y se han formulado dos reglamentos internos en cada una de las legislaturas, la 64 y la 65, para regular la asistencia de los diputados que, en proporción al peso y número de las bancadas, participan de manera presencial en el pleno, mientras el resto se conecta de manera remota. Como secuela covid aún vigente, opera en San Lázaro un sistema híbrido con 129 legisladores en el salón de sesiones y el resto conectado virtualmente.

Dicho reglamento también fijó que las votaciones podrán ser remotas cuando se requiera mayoría simple, pero en reformas a la Constitución y de nombramientos —de consejeros del INE, por ejemplo— cuando se requiere mayoría calificada, todos los diputados deben asistir al recinto.

La virtualidad ha modificado los modos de conducir las sesiones en el gran salón, donde cada uno de los tres presidentes de la Mesa Directiva —Laura Rojas Hernández, Dulce María Sauri y Sergio Gutiérrez Luna— le han puesto su sello personal a la vida parlamentaria virtual, con el agregado de pantallas gigantes que proyectan la imagen de los legisladores que usan la tribuna desde las salas de Zoom que los conecta.